Carta a mis seres queridos con quienes no puedo compartir esta Navidad y Año Nuevo

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Aunque este año estemos lejos, ustedes son la razón por la que sonrío todos los días. ¡La distancia va a tener que esforzarse mucho más para conseguir que me olvide de ustedes, o les quiera menos!

No importa lo lejos que estemos, siempre están en mis pensamientos y en mi corazón. A menudo, recuerdo nuestras conversaciones y los momentos que compartimos en las Navidades anteriores. Me gustaría tanto que las cosas fueran distintas, pero no siempre podemos cambiar las circunstancias, solo hacer lo mejor que podamos con ellas.

Me entristece que esta Navidad y Año Nuevo no podamos compartir las risas de siempre, los momentos vergonzosos que cada uno vivió durante el año y cómo evitamos ser atrapados con las manos en la masa haciendo algo indebido, pero tan divertido que casi no parece incorrecto (ya saben de lo que hablo).

El cariño que siento por ustedes es un motor que nunca se detiene. El vínculo que hemos construido con los años es tan fuerte que, con toda seguridad, resistirá los momentos difíciles que estamos pasando.

Quiero que sepan que, aunque estén lejos de mí, las dificultades y la distancia solamente harán que nuestro reencuentro sea más especial. Así, cuando volvamos a vernos sentiremos que el corazón se nos sale del pecho y va a parecer que hemos estado siglos separados.

Con la Navidad, el nuevo año también está a la vuelta de la esquina y mis deseos son que todos sigamos creciendo, a nuestro ritmo y de acuerdo con nuestras convicciones. Quiero verlos alcanzar grandes metas en la vida y, después, celebrarlo juntos.

Deseo que todos nos mantengamos unidos —aunque no sea físicamente— durante el año que está por comenzar, y que nada cambie el hecho de seguir eligiéndonos por encima de las preocupaciones materiales. Esto es algo que la distancia me ha enseñado: a veces, lo que parece importante es una distracción que nos impide maravillarnos con la belleza del mundo, y darnos cuenta de lo afortunados que somos.

¡Nosotros somos afortunados por tenernos, sin importar en qué parte del mundo estemos ahora!

Desde cualquier rincón del planeta, sé que esta Navidad y Año Nuevo estaremos pensando el uno en el otro. Cuando escuchemos los villancicos, las campanas o esté por llegar la medianoche, les prometo que de algún modo sentirán mi calidez y presencia. Será como si alguien invisible los abrazara.

¡No se burlen! Así funciona entre las personas que se quieren.

Lo sé: todos esperamos que el nuevo año comience y las circunstancias cambien para volver a vernos. No es lo mismo un abrazo por correspondencia que apretarnos las costillas. Yo también quiero que todo se normalice, pero si comenzamos a preocuparnos por el futuro nos perderemos la oportunidad de vivir el hoy. No quiero eso para ninguno de ustedes.

Les aseguro que todos los días hago grandes esfuerzos para no pensar en el futuro y en lo mucho que los extraño, pero ¿saben algo? Siento que todo va a salir bien. No es solo optimismo navideño, sino una corazonada (y las mías son 100% confiables).

En el entretiempo, guarden esta carta en sus corazones y jamás olviden lo mucho que les quiero. Estaré pensando en ustedes.

¡Felices fiestas!

1 comentario

  1. ¡Buen post! ¡Recogido un montón de cosas nuevas e interesantes para mí! Voy a dar el enlace a un amigo en mi bandeja de entrada 🙂 .

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